DEJAR DE FUMAR

Cuántas veces hemos hecho el propósito de año nuevo de dejar de fumar, sin recoger frutos... Este año con la nueva Ley Antitabaco, nos ponen difícil el seguir haciéndolo, al menos como acto social, ya que no se permite fumar en locales cerrados como bares, restaurantes, y an algunos abiertos como zonas infantiles o sanitarias.

Es un tema difícil de abordar, ya que dicha ley genera debate: los fumadores la consideran una ley hipócrita ya que la presentan como un bien para su salud, a lo que ellos preguntan: "si fumar es malo, ¿por qué me vendes algo que me mata?" o también: "si el tabaco lleva multitud de aditivos que lo hacen más perjudicial para su salud, ¿por qué lo permites?". Como no vamos a entrar en polémica, vamos a intentar adaptarnos a la nueva situación. Muchos harán una especie de "botellón de tabaco" en las aceras, a las puertas de los bares, y otros, aprevechando la coyuntura, abandonarán el hábito, que es la mejor opción, pero también la más difícil.

No enumeraré los perjuicios del tabaco porque es de todos conocido, que el tabaco es malo para todo. Y además no aporta ningún beneficio.

Para todos aquellos que os hayais decidido dejarlo, os recomiendo el libro de Allen Carr: Es fácil dejar de fumar si sabes cómo.



Yo estoy empezando a leerlo, y de momento me está enseñando a no engañarme a mi misma:

- Fumar es un hábito. Pero también lo es tomar un café después de comer, o un vaso de leche antes de dormir, y si no lo haces... ¿te pones nervioso? ¿histérico?
- La nicotina engancha, pero su síndrome de abstinencia es mínimo, y sus efectos ni son físicos ni dolorosos, simplemente psicológicos.

Con estas dos premisas me doy cuenta de lo dependiente que he sido todo este tiempo, y por eso quiero poner fin. Espero que muchos hagan lo mismo y que ganemos en salud, en economía y en bienestar social.